A nuestro psicólogo infantil en Gijón cada vez llegan más casos de niños con trastorno obsesivo compulsivo. Forma parte de los trastornos de la ansiedad y genera en el menor obsesiones, compulsiones y pensamientos reiterados que no puede apartar de su mente y que interfieren en su vida diaria. En ocasiones, puede confundirse con las conductas repetitivas y pensamientos mágicos propios de la infancia. Por esto, en esta nueva entrada, queremos profundizar en las causas y los síntomas de este trastorno en la infancia.
El trastorno obsesivo compulsivo suele aparecer sobre los siete o los diez años. Se manifiesta a través de obsesiones o compulsiones; en ocasiones, ambas juntas. Las primeras son ideas e imágenes mentales que se producen de manera recurrente y sin que el menor pueda evitarlas. Las más frecuentes son el temor a que le pase algo a él o a su familia, necesidad de orden y simetría o aprensión hacia las secreciones corporales.
Las compulsiones son comportamientos repetitivos, como ordenar cosas o lavarse las manos, o pensamientos mentales, como repetir palabras o contar, que el niño hace involuntariamente. Estas actitudes repetitivas pretenden evitar que algo malo pase o reducir su nivel de ansiedad, aunque muchas veces, como puede comprobar el psicólogo infantil en Gijón, carecen de conexión con eso mismo que intentan prevenir.
Las causas que lo originan se desconocen. Sin embargo, se han identificado varios factores desencadenantes: alteraciones en el lóbulo frontal y en la secreción de serotonina, factores genéticos y, en algunas ocasiones, por infección en la garganta de estreptococos.
El trastorno obsesivo compulsivo interfiere en la vida del niño, entorpeciendo sus rutinas e interponiéndose en sus relaciones sociales y sus actividades escolares. La mayoría mejora con tratamiento psicológico, de tipo cognitivo conductual, combinado con fármacos, que siempre debe ser administrado por un profesional experto. En nuestro Gabinete Psicológico Romero encontrarás la ayuda que tu pequeño necesita.