Habitualmente en nuestra clínica tratamos a niños con trastorno de la conducta infantil como la psicología infantil en Gijón. En este post nos centramos en explicar un problema que algunos de estos niños presentan con frecuencia, como es la hiperactividad.

Pero, ¿qué es la hiperactividad? Se denomina Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una conducta en la que el menor manifiesta una actividad excesiva, junto a déficit de atención. En resumen, el niño manifiesta más energía de la que debería tener. Con lo cual, se trata de personas impulsivas.

Es importante tratar con un especialista en psicología infantil en Gijón en el momento que el menor presente síntomas, ya que la hiperactividad puede traducirse en fracaso escolar, baja autoestima, falta de habilidades de comunicación y problemas para socializar.

Las causas de este trastorno aún están investigándose, aunque la teoría principal hasta el momento es que más del 70% han adquirido el trastorno por vía genética.

Un error bastante común en padres o profesores es aislar al niño para mantenerlo lo más quieto posible. Precisamente, hay que hacer todo lo contrario. Ni aislarle, ni obviar su comportamiento:

1) Decirle claramente qué puede hacer y qué no. Es muy importante decirle qué ha hecho mal, pero siempre en privado. Hablar en público sobre su actitud puede dañar su autoestima. Y, contrariamente, también debemos alegrarnos por él y decírselo cuando haga algo bien.

2) Premiar al niño. Cuando hace algo correctamente, la mejor manera de hacerle feliz es darle un pequeño premio, algo que realmente le encante. Jugar con la videoconsola unos minutos, alguna chuchería, etc.

3) Respirar profundo para calmarse. Cuando muestre claros síntomas de actividad excesiva, una buena manera de calmarle es respirar profundamente con él, de manera relajada. Aprenderá que cada vez que sienta esos impulsos, debe utilizar esta técnica para evitarlos.

4) Enseñarle en qué cosiste el orden. El desorden es bastante común en personas con este trastorno. Así que indicarle cómo deben estar sus libros, juguetes, escritorio y ropa ordenada es una buena base para el día de mañana.

5) Comunicación amable y amena. Lo que menos busca una persona con hiperactividad son palabras malsonantes o gritos. Así que ante cualquier mensaje que haya que darle, lo mejor es siempre hacerlo con calma y sin alterarse.

Desde Gabinete Psicológico Romero deseamos que estos consejos os sirvan si conocéis a alguien con hiperactividad. Por nuestra parte, seguiremos trabajando día a día para mejorar la vida de todos los niños y niñas con trastorno de la conducta.