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Publicado: 7 de Mayo de 2017
Las personas conflictivas, demandantes y carentes de empatía, construyen entornos tóxicos en los que la negatividad se contagia y a instantes, incluso nos enferma. Es una realidad que apreciamos de inmediato en muchos escenarios familiares y de trabajo, ahí donde el aire parece viciado, donde el estrés es físico, el miedo palpable y la infelicidad un virus implacable.
Los expertos en clima laboral suele diferenciar en toda organización aquello que se conoce como “entorno tóxico versus entorno nutritivo”. Por curioso que parezca, es algo que puede identificarse casi al instante. Queda claro que existen variables estandarizadas que tienen como finalidad hacer esta medición de forma objetiva y rigurosa, sin embargo, en ocasiones basta con pasearse por una empresa para aspirar la tensión, la incomodidad estructural y esa presión que marca el rostro de los empleados y de los diferentes departamentos.+info
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